¿Y si las
palabras no llegan?
¿Y si el
tiempo pesa sobre los ojos como una ola del Pacífico?, pensaba mientras leía
las plantas de sus pies.
La escritura
surrealista se deslizaba mejor por su chakra de la garganta que la existencia
realista.
La uña ya
estaba desencarnada, la piel dorada por el sol de la ciudad.
La tercera
línea tenía picazón y auguraba tranquila incertidumbre.
1pm: la
banda sonora hacia rechinar los vidrios.
La primera
línea hablaba de las maquilas de la libertad.
El corazón
ya había estallado, los ríos corrido su cauce de sal y sangre.
La sexta
línea no podía leerse claramente, seguramente no auguraba nada, sólo
recomendaba sembrar con delicadeza todas las muertes.
1:14 pm: el
humo estaba guardado en un estante inexistente, por eso su boca no profería
palabras.
La segunda
línea ordenaba hacer un altar.
2: 20 pm:
Tejía un agujero para arrojar todos los miedos, la octava línea hablaba de
partir.
3,2,1,0,
tiempo infinito: la vida debía explotar en armonía, el cuerpo dejar de temblar
antes de terminar el invierno.
((Imagen: Pipilotti Rist))
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