sábado, 17 de noviembre de 2012


Casi siempre hay abortos, sangre, irrecuperables alientos marinos
Muertes en medio de la carretera
Artefactos de palabras: amantes, esposas,  putas, madres
Sobrevivientes que mastican pócimas secretas
Una  muchacha que camina y camina 
Un deseo atascado, agujero vacío
Un día tras otro
Una noche y un barco desbordado, alumbrado por algún ser rebelde de venus.
Casi siempre es el viento y el tiempo que sana con cigarros.
La consigna sigue siendo escapar. 

sábado, 27 de octubre de 2012

La culebra



La Señorita Yonqui se ha roto muchas veces los huesos, ya no es una figura con venas y dientes, tiene las pestañas distorsionadas y así, puede ser una serpiente de colores vivos que desaparece al tercer parpadeo. La noche huele a playa, ese viento insaciable mezclado con sonrisas y bronceador, saliva, canciones suaves y parasoles sin nombre.  La ciudad es la noche, una carretera con ecos que se diluyen con el calor.

Quiere escupir que grita
Ser mordida por el sol
Mecerse sobre la tierra que crece con la lluvia de la primavera

sábado, 22 de septiembre de 2012


Tengo esa canción y algunas otras
la noche que llegó la primicia de la primavera desconocida
Guardo un oráculo en el bolsillo, con la segunda carta atravesaré la noche.



sábado, 16 de junio de 2012


Han pasado millones de años 
Es invierno y mi piel parece de vidrio, se rasgaría con el rozar de una lengua afilada. 

Podría ser peor, pienso mientras me dejo ir por el océano estridente de la Panamericana y el viento acelera el corazón.

-¡El planeta del exilio es el único real!, sonríe la Rana al borde del charco. 
Sólo un brinco más: así habitamos Distancia-Ficción. 

Soñé que: 


viernes, 8 de junio de 2012



Arañarse y lamerse. Volver a casa y perderse en el trayecto. Cruzar la calle y pensar que cada pérdida tiene un propósito y tal vez el de esta noche sea tomar rayos de luna mientras la piel titila a 5° en una esquina desconocida de la avenida Maipú. 

lunes, 23 de abril de 2012

En el jardín de la memoria



Tejo rituales solitarios para despedir a mi hermana en su viaje
Siembro cenizas de cigarro en el viento,
semillas de cilantro en el solar de esta casa transitoria
Dejo ir mi amor hacia ellas: juntas, ovilladas, memoriosas que extienden sus alas para alcanzar a nuestra poeta en el vuelo.
“Nosotras acá, juntando verdes y amores para enviarte en el próximo vuelo cósmico pronto a despegar”, decía en sus últimas notas. Ahora despega, de regreso a la útera, libre y ondeante. Sus palabras, desobediencia feminista, kolina, antimilitarista, lésbica, poética, de amor y sanación con las mujeres serán siempre un referente de vida.  Ahora me aferro en la distancia a sus palabras, inundándolo todo, con la luz de su risa en mi cuerpo. 

Hermoso viaje...vuela viento libre...

Pía y July me enviaron este conjuro angelito hace unos días, solidarias y amorosas con mis  liberaciones. Hoy lo lanzo al viento para ellas, con el poder del amor y la sanación que nos cubre:

CONJURO ANGELITO 

Una mariquita roja con punticos negros
sube entre las piernas... cosquillas inquietas

trae con ella una flor naranja
y la cuelga en el ombligo de la doncella

un cultivo de girasoles y caléndula
llenan la planicie de su abdomen

y reverdece en el pecho el puro amor
chapoteando en el lago del perdón y la soltura

De luz azul se hace la voz y la creación
saltando en la garganta la fuerza del arte

para transformar con llamas violetas
el horizonte adentrándose en el afuera

rayo blanco descendiendo, pegándonos al firmamento
total aceptación

un chorrito de agua dorada baña cada poro, cada pliegue
cada rincón interno del cuerpo y del alma
sana que sana colita de Rana...


Del: MuñeQuiero

Sólo besos amada... Sólo besos amadas
(16-IV-2012)


“Mujer insumisa, caminante sin fronteras, poeta de sueños prohibidos, tejedora de mariposas, pájara lúcida. Te amamos, te vivimos. Hasta siempre amiga retardaHADA” (la soNoVIsoÑa producciones)

martes, 21 de febrero de 2012


Ahora estoy preparada para vivir fuera de la bola. Llevo mi libro como un salvoconducto. Si me paran en cualquier frontera, este libro responderá todas las preguntas. No por su contenido, no por su calidad, sino por la experiencia de haberlo salvado, haberlo reanimado, haberlo cuidado y haberlo defendido como tiempo y lugar de aprendizaje. Hasta aquí.
                                                               
El Sur: instrucciones de uso
Silvia Nanclares