jueves, 8 de diciembre de 2011

Genealogía abyecta



A L.a Brokes y las poetas chicanas que nombraron sus opresiones sin vergüenza


Soñé que balbuceaba un poema mientras me bañaba en la tina de un hotel sin nombre. 

Alguien abría y cerraba la cortina dejando ver la noche palpitar por la ventana,

salpicar como el agua que corría por mis piernas, por mi boca mojada, por las palabras que se hilaban en mi mente como sólo puedo hacerlo con las manos. 


Cortina abierta cortina cerrada.

Alguien descorre la cortina y  pone ritmo a mi poema. 

Yo quiero ver la noche, dejar salpicar el agua, que todo se inunde y desnude con descarnada violencia.

             

Han llegado las preguntas otras. No las del amor, de lo robado, del miedo arrinconado en las rodillas. 

Son las preguntas de los sueños febriles, el coraje y las poetas muertas. 

Se deshace el delicado velo, 

el luminoso tono azul que cubre la fotografía. 

Aparece sangre en el cielo, 

la violencia que marcó nuestras vidas de latinoamericanas perdidas en el agujero de la dichosa locura.


Aquí estoy yo, caminando al filo de la memoria, con todas ellas metidas en la sangre, con todos ellos mordiéndome la sed. No hay luz, a veces no hay luz, ni explicaciones que dar ni estados numinosos que alcanzar. Hay memoria, piel expuesta al sol, privilegios ocultos, borderlandspadres exiliados, madres cansadas, días y noches de deseo ser esta me amo esta me devoro esta me como las calles con mis ladridos resplandecientes.


Soñé que gritaba un poema mientras sangraban las piernas de una mujer sin nombre. 



martes, 16 de agosto de 2011

Desterrar a Barba Azul


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    Viñeta mordida

OBJETOS DESDIBUJADOS Y FILAMENTOS DE PLÁSTICO

Quiero escapar de la imagen que se repite, una y otra vez, sobre la pantalla del tiempo,
de lo que languidece como un globo brillante expuesto demasiado tiempo al sol.

Es mi oportunidad
La llave sangra y brillan en penumbra los ojos de las muertas
Escaparé, con vestidos de fuego y ningún referente, de la lama de la herida
de los destellos siniestros
del scratch marchito que ensordece la luz. 

jueves, 11 de agosto de 2011


El cuerpo es una escarabaja que suda. Hoy seda, mañana peso. Margarita que se deshoja como espiral lenta e inconstante.

Un día el cigarro augura vientos, una noche el viento augura cigarros que se desmenuzan como el horizonte. La niña vendedora de cerillas teme ser tragada por la araña de la fantasía al tiempo que se sabe ola, caricia de sol, nube que desaparece deprisa. Su propósito es sembrar para el movimiento y así aprende a navegar en tierra; a saberla espesa, dura, paciente, mutante, incierta y fértil. Navegar en tierra exige constancia de escarabaja que suda y ella es una yonqui de las palabras y la noche, de las explosiones mágicas, el agua y los atardeceres amarillos.  La Yonqui abre los ojos y se siente escarabaja, la escarabaja cierra los ojos y se siente yonqui. Entonces mutan en un ser bicéfalo, vestida con ondas para acariciar el tiempo.




miércoles, 23 de marzo de 2011


Miss Yonqui deshila la cebolla con delicada crueldad. Se rasca los ojos, chupa sus dedos y se va. Fugada de las palabras, recorre calles que después olvida. Una y otra vez el mismo río, una y otra vez la misma lama que cubre lo ya dicho, lo mudo, lo temido. El amor es una burbuja caliente, un espejo con agujeros donde se extiende la luz. El amor trae palabras, incertidumbres brillantes, ovnis acuáticos que se estacionan en sus pupilas enjabonando lo averiado, escupiendo lo marchito, abriendo túneles espumosos en el corazón despierto. Ms. Yonqui escapó de las palabras, del ruido, del filo del andén. Llegó a un lugar con dígitos matemáticos, sonidos de emisoras distorsionadas, puntos muertos. Quiso correr y sus pies se atascaron en la amplitud de la caretera; quiso ser otra y sus muertas la sedujeron con ofrendas de cáscaras oxidadas. Ms. Yonqui viene y va, una y otra vez el mismo río, el ácido de las vísceras transparentes en su paladar, el renacimiento de otras mujeres adornadas con colores preciosos y gemas cristalinas prendidas de la pupila izquierda. El amor es un hilo para subir a la superficie, demasiado frágil para ser tirado con  fuerza, demasiado fuerte para ser diluido con trucos de azar. Así son los ladridos del corazón, así los latidos del trópico, así este vagar por  días y cuerpos, así este estar adentro de sus propios sonidos. Así este ser, esta pasión, este nadar con los ojos abiertos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

¡La Señorita Yonqui ha desaparecido!


Dice estar a las 5:00 en un lugar reconocido por el sol y las carreteras agrietadas. Dice estar pero sólo salpica. La esperan. Esperan su saliva. Esperan que se quede con la misma intensidad que quieren zafarse de los malos sueños. Toma impulso. Se lanza a la noche. Simula regiones. Camina acompañada componiendo un trazo impreciso que la conecta con mundos que no sabe si todavía desea. Gime. Se apaga. Sube a un bus y se duerme con la primera canción de la radio. Otro agosto. Otro hombre enredado entre las piernas. Otra incertidumbre y las uñas pintadas de rojo noche. Ahora aprieta los párpados queriendo desaparecer. Ahora su método falla. Los olores se filtran en la piel pero no se queda con ninguno. Quiere fugarse pero debe esperar, crear estrategias para el corazón, para el cuerpo, para la picazón en el centro de la noche. La señorita yonqui está parada en la esquina de la casa verde viendo como el horizonte se desparrama entre casas amontonadas. Cada quien a lo suyo, que nadie dependa de su corazón.

martes, 22 de febrero de 2011

Memoria de mis ancestras


Puede que mi [abuela] y yo seamos cyborgs, pero además, mi relación con la química de su cerebro, con sus recuerdos, con su cuerpo es como la relación que se establece con una prótesis. El lugar donde desarrollo esta identidad protésica es mi comunidad hipotética en el ciberespacio.
Theresa M. Senft


 Así las sombras el amor enmudece.
Las palomas se rascan el corazón sobre el cobertizo de un hospital sin nombre
De repente vuelan, como empujadas por el sol, hacia el cielo de una ciudad gastada con los años,
con el acelere del miedo, con historias secretas, perdidas para siempre en un andén del centro.

Mientras tanto, ella acaricia sus olvidos,
Me mira desde algún lugar del tiempo, con sus tristes ojos grises.
Su boca, detrás de una careta de oxígeno, sonríe, acaricia, mima, como en la infancia de patios de guayabas y gallinas con corazones enormes.

Acaricio sus manos, su piel agrietada.
Me reconozco en ella; en la forma de las piernas, en el signo del zodiaco,
en el amor por la gente, por los animales, por la comida, por el humo azul que endulza las palabras.

Su pecho sube y baja como marea mecida por la luna,
Me reencuentro en el útero, en mi antecesora más antigua, en las mujeres que hemos ido siendo.
Ya no peleo con las que no quiero ser, acaricio sus sombras y las mías, tal vez los ríos del tiempo si nos hagan más sabias, nos permitan soltar y hacer la vida con tranquilos movimientos.

Las palomas revolotean, escucho sus golpeteos en el centro del vientre,
Hay un eco hueco en algún lugar de la tierra,
vacío de tiempo, no sabemos si llegue a alguna parte. 

****

La ciudad arde,
la vida arde,
ellas preparan sus valijas,
el amor se estrelló contra un vidrio estriado por el afán de la tarde.
La máquina se detiene.
Les despido con siembras de orégano en menguante, con amor saltando del pecho, con colores regados por la casa…”otra forma de llegar a los renacimientos”.
La muerte, profunda y ensoñada, la muerte dolor, la muerte necesaria, la muerte ausencia, la muerte como un nuevo lugar para ella, florecida y acuática, fresca, luminosa, tierra, agua, naranja, luna mutable.
El universo expande su cauce. Lista para el viaje, ahora su energía flota libre y se instala en el aire.
Las tardes rodarán y mañana seremos otras, con nuevos adioses, con otras pieles, con toda esta memoria de vientos y cariños, memoria infinita, memoria que se celebra, memoria que se descifra y es tiempo y es azar y es certeza de habitarnos.

viernes, 18 de febrero de 2011

¿Y si las palabras no llegan?

¿Y si el tiempo pesa sobre los ojos como una ola del Pacífico?, pensaba mientras leía las plantas de sus pies.

La escritura surrealista se deslizaba mejor por su chakra de la garganta que la existencia realista. 

La uña ya estaba desencarnada, la piel dorada por el sol de la ciudad.
La tercera línea tenía picazón y auguraba tranquila incertidumbre.

1pm: la banda sonora hacia rechinar los vidrios. 
La primera línea hablaba de las maquilas de la libertad.

El corazón ya había estallado, los ríos corrido su cauce de sal y sangre.
La sexta línea no podía leerse claramente, seguramente no auguraba nada, sólo recomendaba sembrar con delicadeza todas las muertes.

1:14 pm: el humo estaba guardado en un estante inexistente, por eso su boca no profería palabras. 
La segunda línea ordenaba hacer un altar.

2: 20 pm: Tejía un agujero para arrojar todos los miedos, la octava línea hablaba de partir.

3,2,1,0, tiempo infinito: la vida debía explotar en armonía, el cuerpo dejar de temblar antes de terminar el invierno.
((Imagen: Pipilotti Rist))

jueves, 10 de febrero de 2011

Amores

Mientras Nyneve y yo andamos por el mundo con pisadas inciertas y pies blandos, rehaciendo una y otra vez nuestros pasos sin una finalidad determinada, él arde de furia y voluntad, avanzando siempre hacia su destino. Quiere ser el mayor alquimista de la Tierra toda, quiere ser maestro de maestros, quiere hallar la piedra filosofal.


Rosa Montero, Historia del Rey Transparente

Ms Yonqui rumiaba los rostros de sus amigas, cada una con una batalla profunda, cada una con colores, ciclos y cielos.

A su lado las arañas explotaban en colores y podían lamerse las heridas con tintos, humo, caricias, exploraciones psíquicas y mágicas. 
Ms Yonqui sana mientras explora carreteras profundas, a su lado, muy adentro de sí misma. 

Si cierra los ojos puede estar atenta de sus propias persecuciones, sin grandes discursos y pretensiones sobre la libertad.Sintiendo en su corazón que viene y va mientras encuentra sus formas... amorfas y cambiantes. 

Por lo demás, los sueños traen lo necesario:los símbolos y las respuestas. 

Si abre los ojos, puede verse con las manos extendidas, enviando los miedos al cielo, el azaroso EGO al centro de la tierra, los enredados pensamientos al vientre de la mar. El afán no viene de afuera, no hay ninguna competencia masculina hacia lo exitosamente concluido, ningún DIOS, ningún juez que determine el punto de llegada. Introducirse en sus tiempos da asco: querer llegar, ganar, tener, ser, balbucear. Por eso Ms Yonqui saca la lengua a la lluvia y refresca su corazón. Por eso toma dirección oeste, directo al charco fresco, a la guarida sintiempo ni fórmulas.

Enredarse, regresar, jugar, ronronear, amarlas, descubrir letras, voces y secretos de mujeres que tejen con pócimas secretas la política y la historia. Apretar sus manos al ocaso, desnudarse y relatarse, escarbarse, carcajear. Sacar lo que nos oprime por dentro y por fuera, experimentar formas para llegar allí, a lo que late, libera y despierta. Las feministas. Las brujas. Las de ningún nombre. Las que siembran y están allí, aquí, sinceras. 

jueves, 27 de enero de 2011


Estoy AQUÍ
En este nudo y este
V
A
C
I
O
que son como olas
como SACUDIDAS de melancolía
como un
h
u
e
c
o

h
o
o
o
n
d
o

por donde me dejo 
i
sin 
   ningún 
        amuleto