Arañarse y lamerse. Volver a
casa y perderse en el trayecto. Cruzar la calle y pensar que cada pérdida tiene
un propósito y tal vez el de esta noche sea tomar rayos de luna mientras la
piel titila a 5° en una esquina desconocida de la avenida Maipú.
Y mirá que coincidimos... No alcancé a perderme pero qué ingesta de rayos lunares la de esta semana!
El jardín florido y exhuberante, la mesa mandarina escondiendo las historias oídas en sus intrincados arabescos, la luna derramando su leche generosa y yo lamiendo y ungiendo...
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Y mirá que coincidimos... No alcancé a perderme pero qué ingesta de rayos lunares la de esta semana!
El jardín florido y exhuberante, la mesa mandarina escondiendo las historias oídas en sus intrincados arabescos, la luna derramando su leche generosa y yo lamiendo y ungiendo...
La piel palpitando a 25º y paso a saludarte.
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