La Señorita
Yonqui se ha roto muchas veces los huesos, ya no es una figura con venas y
dientes, tiene las pestañas distorsionadas y así, puede ser una serpiente de
colores vivos que desaparece al tercer parpadeo. La noche huele a playa, ese
viento insaciable mezclado con sonrisas y bronceador, saliva, canciones suaves
y parasoles sin nombre. La ciudad es la noche, una carretera con ecos que se diluyen con el calor.
Quiere escupir que grita
Ser mordida por el sol
Mecerse sobre la tierra que crece con la lluvia de la primavera
Quiere escupir que grita
Ser mordida por el sol
Mecerse sobre la tierra que crece con la lluvia de la primavera